Liderazgo positivo en las organizaciones

Liderazgo positivo

En todas las organizaciones es importante contar con líderes capaces de impulsar las capacidades de sus equipos de trabajo. De esta forma, el liderazgo pasa a ser una de las herramientas más necesarias para alcanzar los objetivos comunes en una empresa u organización, sin importar el tamaño o su línea de acción.

En este entender, el liderazgo positivo es mucho más eficaz para desarrollar el potencial de todos los colaboradores en una organización, pues la motivación es primordial cuando se trata de alcanzar metas a corto, mediano y largo plazo. Pero veamos a qué nos referimos cuando hablamos de liderazgo positivo.

¿Qué es el liderazgo positivo en las organizaciones?

Es el estilo o tipo de liderazgo que promueve el desarrollo de capacidades de los integrantes de un equipo de trabajo. Un líder positivo motiva mediante acciones positivas a sus trabajadores, y tiene la capacidad de guiar mediante su propia influencia hacia el logro de los objetivos organizacionales.

Pero el liderazgo positivo se enfoca también en lograr cambios comportamentales y actitudinales en sus trabajadores, ya que el aspecto humano cobra gran importancia cuando nos referimos a la motivación.

¿Cómo se logra este tipo de motivación positiva?

El liderazgo positivo organizacional se aplica y fortalece cuando el líder no impone ni utiliza medidas de coerción, por el contrario, asume actitudes que fomentan el compañerismo, actuando como un guía entusiasta y dispuesto siempre a colaborar en las tareas si es necesario, este estilo de liderazgo se basa en cuatro premisas esenciales:

  • Empatía
  • Innovación
  • Carisma
  • Valentía.

Un líder positivo facilita la ejecución de las tareas dentro de los procesos de trabajo para garantizar que la organización alcance sus objetivos superando las debilidades y adversidades que puedan presentarse o existir de manera latente. Todas las empresas necesitan contar con líderes positivos que estimulen el cumplimiento de los procesos y desarrollen mejores sistemas de comunicación, convivencia y productividad organizacional.

Características de un líder positivo

Las características propias del liderazgo positivo están estrechamente relacionadas con un buen ambiente laboral, la salud mental y una adecuada implicación personal con los objetivos empresariales. Cuando están presentes, ayudan al desarrollo eficiente de las tareas. Veamos cuales son:

  • Ser agradecido: Saber dar las gracias hace que los trabajadores se sientan apreciados. El líder positivo agradece en base a su propio criterio, aun cuando se comprende que las tareas laborales son un compromiso adquirido por el trabajador.
  • Ser positivo: Aun en momentos de crisis, el líder mantiene una actitud positiva. La motivación debe dirigirse a superar los escollos y buscar soluciones mediante el intercambio de ideas. Esta actitud fomenta la creatividad y la escucha activa en todos los colaboradores a la par que les demuestra lo importante que son sus ideas.
  • Convertir los errores en aprendizaje: Dentro de este estilo de liderazgo no se plantean castigos o reprimendas frente a un error. Por el contrario, las equivocaciones son el punto de partida para el aprendizaje y la implementación de alternativas viables con ideas y estrategias innovadoras.
  • Considerar el aspecto emocional: Este aspecto suele llamarse el “salario emocional” y se relaciona con actitudes y gestos que compensen emocionalmente al empleado por su labor. El valor de un gesto, un elogio y una felicitación pública, son altamente apreciados por las personas y puede aumentar la motivación.

En este sentido, también debe considerarse el ambiente laboral, es importante propiciar un clima de trabajo cálido, afable y tranquilo. Un líder positivo estimula las relaciones humanas y laborales armoniosas, basadas en el respeto y la equidad.

Dentro de esta característica, debemos mencionar que un líder positivo establece y da a conocer canales de comunicación abiertos, disponibles y accesibles para todos los miembros del equipo. La confidencialidad y la pronta respuesta son elementos esenciales para que la comunicación no deje de fluir bidireccionalmente.

¿Qué habilidades debe poseer un líder positivo organizacional?

Como ya hemos visto, las características descritas se derivan de la aplicación de un modelo de liderazgo basado en la empatía, la escucha activa, la comprensión del factor humano y emocional y sobre todo de la capacidad para sortear las dificultades, viendo los percances como una oportunidad para innovar y rectificar las estrategias, estas habilidades se pueden identificar por medio de test DISC.

Reflexionando sobre las características más marcadas del liderazgo positivo podemos intuir que este estilo de liderazgo amerita el desarrollo y fortalecimiento de prácticas que permitan mantener la motivación positiva dentro de la organización. ¿Cuáles son las destrezas que debes cultivar para ser un líder positivo?

  • Habilidades del liderazgo positivo: Todo líder debe desarrollar sus habilidades y destrezas para ser capaz de guiar a su equipo. No obstante, para ser un buen líder positivo dentro de la organización, podemos enfocarnos en 3 áreas específicas:
  • Habilidades Técnicas: Tener la habilidad de aplicar los conocimientos teóricos sin menoscabo de la situación o los contratiempos, y sin que esto signifique encasillarse en soluciones ya probadas. La correcta resolución de problemas y la toma de decisiones acertadas son cruciales para las organizaciones.
  • Habilidades organizacionales: Son todas las habilidades que facilitan la gestión de personal y la interacción eficaz con todos los colaboradores de la organización. Desarrollarlas adecuadamente hace factible el manejo y dirección del esfuerzo colectivo para alcanzar las metas. Podemos mencionar la empatía, la comunicación asertiva y la escucha activa como piedras angulares en el desarrollo de una buena sinergia institucional.
  • Habilidades Intrapersonales: Estas habilidades hacen que el líder positivo sea capaz de regular sus propias emociones en aras del bienestar de sus trabajadores. El control emocional y cognitivo ayudan a optimizar procesos importantes como la toma de decisiones, la evaluación de los riesgos y las oportunidades para innovar métodos o estrategias. Dentro de estas habilidades podemos mencionar el desarrollo de valores personales como la honestidad, la ética y la integridad personal

¿Por qué es importante el liderazgo positivo dentro de una organización?

Este modelo de liderazgo promueve relaciones armoniosas entre los colaboradores, está basado en la comprensión de los aspectos humanos y en valores como la empatía y la ética profesional. Por lo tanto, cuando se aplica dentro de las organizaciones, se observan cambios positivos en los trabajadores, ya que reciben motivación, valoración y pueden desarrollar mejores vías de comunicación.

Cuando un equipo de trabajo convive dentro un clima corporativo cálido y seguro, cuentan con canales de comunicación y se sienten inspirados contribuyen intensamente a que la organización alcance sus metas y llegan a considerar estas metas como un objetivo personal.

Un líder positivo estimula la visión de un futuro conjunto, en el cual todos crecen al mismo ritmo que la organización y todos se sienten parte importante de cada logro. Este resultado será fruto de la implicación personal de los empleados, al recibir una constante valoración y motivación.

Además, el liderazgo positivo no contempla acciones coercitivas, lo que da mayor libertad a los trabajadores para expresar sus ideas o desacuerdos. Los errores son una oportunidad para mejorar y aprender y se respeta el ritmo de aprendizaje de los elementos nuevos.

Las organizaciones que se desenvuelven bajo este perfil de líder, tienden a mantener una tasa menor de renuncias y despidos. Los empleados dentro de este sistema se sienten mejor comprendidos y guiados, están más abiertos durante las capacitaciones y pueden ofrecer mejores propuestas, ya que no se sienten evaluados constantemente como sucede con el liderazgo autocrático, por ejemplo.

Ya conocemos las características principales del liderazgo positivo, las habilidades de un buen líder y también la importancia de desplegar este modelo. Pero si nuestro estilo de liderazgo no es propiamente positivo… ¿Cómo podemos adoptar el liderazgo positivo en nuestra organización?

¿Qué podemos hacer para transformar nuestro estilo de liderazgo?

El liderazgo es una habilidad blanda que suele hacerse presente desde temprana edad, pero también puede desarrollarse con el paso de los años. De igual forma, los estilos de liderazgo pueden adquirirse, moldearse y modificarse según las experiencias y situaciones.

Siguiendo esta idea, es común que las organizaciones evalúen las teorías de liderazgo intentando encontrar un estilo que se adecúe a sus necesidades particulares y a las expectativas de crecimiento.

Entonces, en respuesta a la pregunta de cómo cambiar nuestro estilo de liderazgo organizacional, podemos proponer algunas conductas de liderazgo efectivo. Por ejemplo:

Actúa con bondad: Un buen líder puede y debe ser bondadoso frente a los errores. Ser inaccesible o temible no es un perfil aceptable en estos tiempos. Los principios de la psicología positiva afirman que las posturas tiránicas y despóticas afectan considerablemente la eficiencia y la disposición a hacer un buen trabajo.

Por otro lado, todos deseamos y disfrutamos del trato cordial y la consideración a nuestra naturaleza emocional.  ¿Quieres ser un líder positivo? Trabaja en tu inteligencia emocional y tus habilidades sociales. Saludar, elogiar y pedir o dar consejos desde la humildad, son formas de bondad.

Fomenta la horizontalidad: Un líder positivo tiene la suficiente seguridad en sí mismo para permitir un trato horizontal con sus colaboradores. No todas las ideas deben ser tuyas, permite la expresión de otras opiniones. Acepta otras perspectivas y estimula la creatividad mediante estrategias comunicacionales, como las tormentas de ideas y los buzones de sugerencias.

Esto no significa que debas desentenderte de los procesos, puedes y debes estar al tanto de todo lo que sucede. Eres parte del equipo, usa tu rol para estimular, guiar e interesar a otros en los procesos y tareas.

Cuando te relacionas de forma horizontal fomentar la cohesión e intensificar el sentido de identidad y pertenencia tan importantes para lograr una mayor implicación de tus colaboradores.

Motiva y valora: Motiva a tu equipo poniendo todos los puntos sobre la mesa. ¿Qué queremos? ¿Cómo lo alcanzaremos? ¿Qué necesitamos? Para que unifiquen y dirijan el esfuerzo colectivo deben saber cual es el objetivo. Se claro en este punto cuando te motivas,  y valora cada esfuerzo por mínimo que sea. La retroalimentación también es importante para que los colaboradores se impliquen en la realización de los planes y es una excelente oportunidad para reconocer públicamente los esfuerzos individuales y grupales.

Haz visible el sentido del trabajo: ¿Quieres que tus empleados se comprometan con el resultado? Entonces explícales hacia dónde van y para qué. La organización en equipos, departamentos, áreas o divisiones de trabajo crea la sensación de que no hay un fin único. Recuérdale a menudo a tu equipo que es lo que hacen y cuál es el resultado esperado de la conjunción de todos los procesos.  

Muestra tu compromiso con la meta final unificada y contagia tu visión para que comprendan la trascendencia de su esfuerzo.
Estimula emociones positivas: Las personas son más productivas cuando sienten emociones positivas. También son más amables, están más abiertas a otras ideas y son más creativas cuando fluyen emociones como la serenidad, la esperanza y la gratitud. Si presentas nuevas ideas o un proyecto importante preparar el ambiente, utiliza el humor, comienza con una amplia sonrisa y no olvides agradecer sus aportes.

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